terça-feira, 9 de abril de 2013

Pablo Ruiz Picasso, 40 años de la muerte de un genio comunista



Emiliano Gómez Peces




Pablo Ruiz Picasso, pintor y artista español nacido en Málaga en 1881. Hijo primogénito de José Ruiz Blasco, de origen vasco, profesor de dibujo de la Escuela de Bellas Artes, y de María Picasso López, de origen italiano por vía paterna. Su padre es trasladado a A Coruña cuando Pablo cuenta diez años. A pesar de su corta edad, Málaga quedará para siempre en su recuerdo: las palomas y los toros son algo nacido en Málaga y algo que nunca dejará de pintar.

En 1895, José Ruiz llega a Barcelona, esta vez para tomar posesión definitiva de su cargo. Barcelona agrada al adolescente Picasso, que ingresa en 1896 brillantemente en la Lonja. Al año siguiente lo hace en la Escuela de San Fernando en Madrid con una entrada casi triunfal. Una escarlatina le hace regresar a Barcelona. Expone en la taberna modernista Els Quatre Gats, para la que realiza un cartel, que conocerá gran fortuna.

Como todos los artistas de su tiempo, su gran ilusión es ir a París. En 1900 llega a la capital francesa y conoce directamente el mundo del que tanto había oído hablar en los círculos artísticos españoles. Tras unos primeros momentos de pintura “parisina”, Picasso vuelve a su personal estilo y comienzan a aparecer las tonalidades azules que definirán una época que va de 1901 a 1904, de la que es fiel exponente su famoso Viejo guitarrista.

Tras dos regresos a España, en 1904 se instala definitivamente en París y al año siguiente conoce a su primera mujer, Fernande Olivier. Una profunda transformación se realiza en el artista, los tonos fríos van dejando paso a los rosados. Se interesa por el trabajo de acróbatas y equilibristas, y así lo refleja en sus cuadros. En 1907 pinta Las señoritas de Avigñón, fruto maduro que marcará un hito en la Historia de la Pintura universal: es el nacimiento del cubismo. Picasso descompone, “rompe” las figuras en formas geométricas que luego se vuelven a juntar; es la búsqueda de la cuarta dimensión. Desde el Renacimiento no se había conseguido una innovación plástica tan importante.

Tras una época que se podría definir como precubista, y que cronológicamente se enmarcaría entre 1910 y 1912, vendría la plenamente cubista, que abarcaría desde 1913 a 1915. Pero Marcela Humbert, la nueva compañera que había encontrado tras separarse de Fernande, muere en 1916. El pincel de Picasso comienza a moverse con trazos perfectos.

Viaja a Roma para realizar los escenarios y vestuarios de los Ballets Rusos y allí conoce a la bella bailarina Olga Khoklova. Recorren juntos España y, en 1918, Picasso y Olga se casan. Comienza lo que se ha dado por llamar la etapa neoclásica, aunque no abandona totalmente el cubismo.

En 1932 conoce a Marie-Therèse, joven suiza rubia y tranquila, apasionada del deporte, que le proporcionará la estabilidad de ánimo que tanto necesitaba. Este año profesionalmente también tiene un gran significado: expone en la Galería Paul Petit, con clamoroso éxito. Recorre España y de este viaje son fruto los grabados y los temas taurinos. Intenta divorciarse de Olga y al año siguiente nace su hija Teresa, mientras continua con los grabados de la serie Minitauromaquia.

Con la Guerra Civil española toma postura abierta por la República y es nombrado director del Museo del Prado. La tragedia de España se hunde profundamente en sus sentimientos y en 1937 pinta el Guernica, de enormes proporciones (3,5 x 7,8 metros), en memoria de los muertos por el tristemente famoso bombardeo. La metáfora, el color, expresan lo que las palabras no llegan a reflejar: el horror, la angustia, la desesperación y la impotencia ante la irracionalidad. Prosigue con las composiciones donde el punto central es la crueldad. París ocupado por los nazis completa el dolor y la desesperación de Picasso, que, sumergido en su estudio, esculpe y pinta obras siniestras. Es su forma de luchar contra lo que considera injusto e inhumano, pero no la única: en 1944 se afilia al Partido Comunista.

Cuando al fin Francia es liberada, se traslada a la Costa Azul, su lugar preferido, donde la luz lo invade todo. Y como algo infalible y constante en su vida, una nueva compañera, Françoise Guillot, y una nueva forma de pintar; los temas se vuelven amables, incluso bucó1icos. Nace primero Claudio y luego Paloma, coincidiendo con su dibujo La paloma de la paz. Tras asistir a los Congresos de la Paz de Londres (1950) y Roma (1951), pinta en una capilla dos composiciones: La guerra y La paz, en las que deja patentes su sentimientos de humanidad y esperanza.

Françoise se marcha y una nueva mujer entra en su vida ya definitivamente: Jacqueline. Nunca Picasso había pintado tanto a la mujer que amaba. Y una nueva forma de pintar: en 1957 se dedica a hacer una serie de variaciones sobre un gran tema: Las meninas, de Velázquez; fórmula que había practicado anteriormente con un tema de Delacroix. Y a pesar de su avanzada edad, su actividad no cesa. Vuelve a pintar toros, personajes del Siglo de Oro, y sigue esculpiendo, modelando, pintando, hasta su muerte. Convertido ya en una leyenda en vida y en el epítome de la vanguardia, el artista y Jacqueline se retiraron al castillo de Vouvenargues, donde el creador continuó trabajando incansablemente hasta el día de su muerte.

Considerado uno de los mayores artistas del siglo XX, fue miembro del Partido Comunista Francés hasta su muerte, el 8 de abril de 1973 en Notre-Dame-de-Vie ( Mougins, Francia) a los 91 años.


Publicado originalmente no site "La Mancha Obrera"

1 Comentários:

Às 9 de abril de 2013 às 18:18 , Blogger Cabelo 67 disse...

A minha admiração a Pablo Picasso, artista genial e revolucionário e homem engajado na luta dos povos oprimidos do mundo!

 

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